5 de marzo de 2007, el día de instalarme con la familia franco- mexicana con la que voy a pasar mi año como Fille au Pair (niñera), ha llegado. Después de haber pasado mis primeras 2 semanas en Paris con mi hermana en plan de turista, el momento de pasar a cosas serias llegó: trabajo y estudio.
En el contrato de Fille au Pair se establece que yo trabajo un máximo de 30 horas por semana (lo legal) ayudando a la familia a cuidar a los niños, 2 babysitting por semana (es decir, quedarme cuidando la casa y los niños mientras sus padres salen por la noche), ayudar en algunas tareas del hogar y para terminar tengo derecho a un día completo libre por semana, la idea es ser una hermana mayor con contrato. En mi caso, una niña de 6 años, Nicole. Tareas del hogar: ayudar a poner y recoger la mesa, limpiar mi cuarto y baño, ayudar a organizar las compras, cocinar para mí y para la niña y ayudar a la niña a hacer las tareas. Por mi parte, tengo la obligación de asistir a mis clases de francés, 10 horas por semana. A cambio de mi trabajo soy alojada (en mi caso en la misma casa de la familia), alimentada, recibo 80 euros por semana, es decir 320 euros al mes y el transporte es pagado por la familia.
Antes de llegar a Paris, la familia me había comunicado mis horarios de cada semana que consistían en lo siguiente:
De lunes a viernes (excepto miércoles):
De 7:20 am a 8:15 am – levantar, cambiar, preparar el desayuno para Nicole y llevarla a la escuela.
De 12:00 pm a 2:00 pm – Clases de francés, + 2h de transporte ida y vuelta.
De 4:20 pm a 8:00 pm – Recoger Nicole de la escuela, merienda, ir al parque, ayudarla con las tareas, bañarla, hacerle de comer y acostarla luego de leerle una historia.
A partir de las 8:00 pm – Libre
Miércoles de 9 am a 8 pm - Cuidar a Nicole todo el día, llevarla a hacer actividades como museos, talleres infantiles, al parque. Este día en Francia los niños no tienen escuela.
Sábado
De 7:20 am a 8:15 – levantar, cambiar, preparar el desayuno para Nicole y llevarla a la escuela.
De 11:00 a 11:30 – buscar a Nicole de la escuela.
A partir de las 11:30 - libre, si no debía hacer babysitting en la noche, en promedio 1 sábado sobre 3.
Domingo – libre.
A este contrato que yo cumplía religiosamente al pie de la letra, la mexicana mamá de Nicole, trató de agregarle: - ordenar y limpiar el cuarto de Nicole (que yo acepté), - planchar la ropa de Nicole (que yo NO acepté). Y algo totalmente ilegal: como yo no alcanzaba a trabajar las 30h máximas por semana establecidas por la ley, ella quería acumular las horas no trabajadas, que yo luego debía trabajar durante las vacaciones, sin sueldo obviamente (que yo no acepté). Esto es ilegal porque se fijan 30h max/semana para proteger a la niñera de abusos, pero no hay un mínimo y tampoco es un trabajo pagado por hora. La idea es tener un horario fijo determinado por las necesidades de la familia, cada familia es diferente. Ella quería que yo trabajara el máximo de horas posibles y me pagaba el salario mínimo exigido, 80 euros (el máximo es 100euros/semana).
Estos 80 euros se convirtieron en 50 por semana ya que me tocaba rembolsar el costo de pre-inscripción e inscripción a los primeros 3 meses de curso de francés que la Mexicana gentilmente me adelantó: 360 euros que yo debía pagar a 30 euros por semana durante 3 meses.
El tiempo pasaba y rápidamente me di cuenta que las condiciones no me convenían:
- Cero distracción: a las 8 pm, después de mi jornada de trabajo yo subía a mi cuarto donde no tenía ni televisión, ni computador, ni radio. Ellos me prometieron un computador de mesa y luego de 3 meses todavía no lo tenía. Y unas semanas antes de dejarlos, descubrí (gracias a la estadía de una hija de otro matrimonio del papa) que había un cuarto de invitados que hacia el doble del tamaño del mío (el mío: 9 m2) y que además al fondo de éste, había una pequeña sala de televisión. Apenas su hija llegó el Papa instaló la televisión para ella. Él me dijo una escusa estúpida: “Ah! Yo pensé que no funcionaba, ahora podrás venir a mirar la tele aquí.”
- Tiempo libre muy reducido: Me encontraba en un pueblo lejos de Paris donde me era imposible a esta hora ir a Paris y volver. Y en el pueblo, absolutamente nada que hacer.
- Fin de semana muy corto: Cuando tenía la suerte de estar libre desde el sábado al medio día, me iba directo a París hasta el domingo, donde podía salir con mi hermana y sus amigas, a disfrutar de la cuidad. Hasta el día en el que la Mexicana me llama un domingo en la mañana, uno de esos escasos fines de semana completos en París, para pedirme que entrara porque ya había tenido mis 24 horas libres que tenía derecho por semana y que me necesitaba el resto de la tarde. Cuando llego a ayudarlos con lo que me “necesitaban”, me encuentro con la familia completa en el jardín, tomando el sol, leyendo, riendo, jugando. Lo primero que me dice a mi llegada es: “menos mal llegaste para que juegues con Nicole”. Y yo que pensaba que iban salir o que había invitados en la casa.
- La jefa sobre mis espaldas: Esta Mexicana no trabajaba así que siempre estaba pendiente de lo que yo hacía durante mi trabajo y lista a hacerme comentarios. Por ejemplo: otra vez tomates? Ayer le diste de comer tomates a Nicole. Hasta el punto de decir que mi español no era correcto en cierta frase que yo utilicé con Nicole, etc. Ya se imaginaran lo agradable.
- No practicaba el francés: aunque antes de venir yo sabía que debía hablar en español con Nicole, empecé a darme cuenta que esto me impedía avanzar en mi aprendizaje de la lengua. Los únicos que perfeccionaban la lengua eran la pequeña Nicole y su papa Francés que hizo muchos progresos en español.
- Pequeña anécdota: una tarde llegué directo después del curso de francés a buscar a Nicole a la salida de la escuela. Enseguida ella me recuerda que en la mañana habíamos venido con su bicicleta y que la habíamos dejado amarrada al lado de la escuela. Entonces me doy cuenta que olvidé la llave! Qué hago? No creo que le vaya a pasar nada, hay otras bicis que duermen ahí, además en este pueblo todos se conocen y no es conocido por robos. Decidí dejarla y al llegar, la Mexicana estaba ahí viendo televisión y obviamente se dio cuenta. Lo primero que me dice es “vas a tener que buscarla, yo no te puedo llevar en la camioneta, es tu culpa y no quiero que duerma allí” Yo tenía ganas de decirle que yo la iba a buscar al otro día y que yo asumía si algo pasaba pero con un sueldo de 50 euros por semana, no me lo podía permitir. Entonces la dejé viendo la tele y me dirigí a buscar la bici. 10 minutos a pie de ida y como 20 minutos de regreso, esos últimos 20 min fueron una humillación. Yo mido 175 cm y una bici para un niño de 6 años 1 metro máximo, así que yo hice ese recorrido doblada casi agachada como un peregrinaje. Ahí me di cuenta la clase de persona con la que yo vivía, a ella le hubiera tomado 10 min en la camioneta el recorrido completo, pero decidió quedarse viendo la televisión.
Al cabo de 3 meses les dije que me iba. Ya yo había encontrado una nueva familia en el centro de París y me había inscrito en la Sorbona para hacer 1 año de francés, con la ayuda de mi hermana y sus amigas. Un mes después tuve que buscar mi visa a la prefectura, el agente me dice que ellos habían llamado para decir que yo me fui, que yo no vivía en esa dirección, que había incumplido el contrato y que no eran más responsables de mi. Lo hicieron de mala fe para que no me dieran mi visa, pero yo estaba en todo mi derecho de irme de una familia si no me sentía bien en ella.
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