jueves, 24 de febrero de 2011

Aniversario: 4 años en Paris

Hoy hace 4 años llegué a Paris y hoy pienso en todo el camino que he hecho y donde me encuentro el día de hoy. Estoy cerca de terminar mi Licencia en Economía y Administración de Empresas, que he cursado durante casi 3 años. Esta semana estoy preparándome para los exámenes finales que pasaré dentro de una semana, luego de los exámenes empezaré a hacer prácticas en una empresa en Recursos Humanos. Al cabo de las prácticas obtendré mi diploma.
Este diploma representa un gran reto para mí y está cargado de múltiples esfuerzos. Sobretodo con todos los obstáculos que debemos enfrentar: estudiar en una lengua extranjera, trabajar al mismo tiempo y las dificultades para ingresar a la Universidad o encontrar las prácticas en una empresa. Todos estos sacrificios darán pronto sus frutos!
Por otro lado, hace mas de 2 años y medio conocí a mi novio, un hombre maravilloso que llena todos mis días de alegría. Él es canadiense y es por esto que estamos preparando mi inmigración hacia Canadá. Por él pero también porque siento que el tiempo que he pasado en Paris me es suficiente y tengo ganas de moverme, además adoro Canadá y a mi canadiense! Queremos lograr nuestros proyectos a largo plazo y acercarnos a su familia. En éste momento ya hemos enviado los documentos a Canadá y si todo está completo y todo sale bien, podremos irnos antes del final del año.
Hoy a 25 años estoy contenta de mirar atrás y no arrepentirme de lo que he vivido, siento que tengo muchas oportunidades y que aunque no vaya a ser fácil espero lograr mis objetivos.  Tengo muchos proyectos y espero que se realicen.

No todo es color de rosa: Una mala experiencia

5 de marzo de 2007, el día de instalarme con la familia franco- mexicana con la que voy a pasar mi año como Fille au Pair (niñera), ha llegado.  Después de haber pasado mis primeras 2 semanas en Paris con mi hermana en plan de turista, el momento de pasar a cosas serias llegó: trabajo y estudio.
En el contrato de Fille au Pair se establece que yo trabajo un máximo de 30 horas por semana (lo legal)  ayudando a la familia a cuidar a los niños, 2 babysitting por semana (es decir, quedarme cuidando la casa y los niños mientras sus padres salen por la noche), ayudar en algunas tareas del hogar y para terminar tengo derecho a un día completo libre por semana, la idea es ser una hermana mayor con contrato. En mi caso, una niña de 6 años, Nicole. Tareas del hogar: ayudar a poner y recoger la mesa, limpiar mi cuarto y baño, ayudar a organizar las compras, cocinar para mí y para la niña y ayudar a la niña a hacer las tareas. Por mi parte, tengo la obligación de asistir a mis clases de francés, 10 horas por semana. A cambio de mi trabajo soy alojada (en mi caso en la misma casa de la familia), alimentada, recibo 80 euros por semana, es decir 320 euros al mes y el transporte es pagado por la familia.
Antes de llegar a Paris, la familia me había comunicado mis horarios de cada semana que consistían en lo siguiente:
De lunes a viernes (excepto miércoles):
De 7:20 am a 8:15 am – levantar, cambiar, preparar el desayuno para Nicole y llevarla a la escuela.
De 12:00 pm a 2:00 pm – Clases de francés, +  2h de transporte ida y vuelta.
De 4:20 pm a 8:00 pm  – Recoger Nicole de la escuela, merienda, ir al parque, ayudarla con las tareas, bañarla, hacerle de comer y acostarla luego de leerle una historia.
A partir de las 8:00 pm – Libre
Miércoles de 9 am a 8 pm -  Cuidar a Nicole todo el día, llevarla a hacer actividades como museos, talleres infantiles, al parque. Este día en Francia los niños no tienen escuela.
Sábado
De 7:20 am a 8:15 – levantar, cambiar, preparar el desayuno para Nicole y llevarla a la escuela.
De 11:00 a 11:30 – buscar a Nicole de la escuela.
A partir de las 11:30 -  libre, si no debía hacer babysitting en la noche, en promedio 1 sábado sobre 3.
Domingo – libre.
A este contrato que yo cumplía religiosamente al pie de la letra, la mexicana mamá de Nicole, trató de agregarle: - ordenar y limpiar el cuarto de Nicole (que yo acepté), - planchar la ropa de Nicole (que yo NO acepté). Y algo totalmente ilegal: como yo no alcanzaba a trabajar las 30h máximas por semana establecidas por la ley, ella quería acumular las horas no trabajadas, que yo luego debía trabajar durante las vacaciones, sin sueldo obviamente (que yo no acepté). Esto es ilegal porque se fijan 30h max/semana para proteger a la niñera de abusos, pero no hay un mínimo y tampoco es un trabajo pagado por hora. La idea es tener un horario fijo determinado por las necesidades de la familia, cada familia es diferente. Ella quería que yo trabajara el máximo de horas posibles y me pagaba el salario mínimo exigido, 80 euros (el máximo es 100euros/semana).
Estos 80 euros se convirtieron en 50 por semana ya que me tocaba rembolsar el costo de pre-inscripción e inscripción a los primeros 3 meses de curso de francés que la Mexicana gentilmente me adelantó: 360 euros que yo debía pagar a 30 euros por semana durante 3 meses.
El tiempo pasaba y rápidamente me di cuenta que las condiciones no me convenían:
- Cero distracción: a las 8 pm, después de mi jornada de trabajo yo subía a mi cuarto donde no tenía ni televisión, ni computador, ni radio. Ellos me prometieron un computador de mesa y luego de 3 meses todavía no lo tenía. Y unas semanas antes de dejarlos, descubrí (gracias a la estadía de una hija de otro matrimonio del papa) que había un cuarto de invitados que hacia el doble del tamaño del mío (el mío: 9 m2) y que además al fondo de éste, había una pequeña sala de televisión. Apenas su hija llegó el Papa instaló la televisión para ella. Él me dijo una escusa estúpida: “Ah! Yo pensé que no funcionaba, ahora podrás venir a mirar la tele aquí.”
- Tiempo libre muy reducido: Me encontraba en un pueblo lejos de Paris donde me era imposible a esta hora ir a Paris y volver. Y en el pueblo, absolutamente nada que hacer.
- Fin de semana muy corto: Cuando tenía la suerte de estar libre desde el sábado al medio día, me iba directo a París hasta el domingo, donde podía salir con mi hermana y sus amigas, a disfrutar de la cuidad. Hasta el día en el que la Mexicana me llama un domingo en la mañana, uno de esos escasos fines de semana completos en París, para pedirme que entrara porque ya había tenido mis 24 horas libres que tenía derecho por semana y que me necesitaba el resto de la tarde. Cuando llego a ayudarlos con lo que me “necesitaban”, me encuentro con la familia completa en el jardín, tomando el sol, leyendo, riendo, jugando. Lo primero que me dice a mi llegada es: “menos mal llegaste para que juegues con Nicole”. Y yo que pensaba que iban salir o que había invitados en la casa.
- La jefa sobre mis espaldas: Esta Mexicana no trabajaba así que siempre estaba pendiente de lo que yo hacía durante mi trabajo y lista a hacerme comentarios. Por ejemplo: otra vez tomates? Ayer le diste de comer tomates a Nicole. Hasta el punto de decir que mi español no era correcto en cierta frase que yo utilicé con Nicole, etc. Ya se imaginaran lo agradable.
- No practicaba el francés: aunque antes de venir yo sabía que debía hablar en español con Nicole, empecé a darme cuenta que esto me impedía avanzar en mi aprendizaje de la lengua. Los únicos que perfeccionaban la lengua eran la pequeña Nicole y su papa Francés que hizo muchos progresos en español.
- Pequeña anécdota: una tarde llegué directo después del curso de francés a buscar a Nicole a la salida de la escuela. Enseguida ella me recuerda que en la mañana habíamos venido con su bicicleta y que la habíamos dejado amarrada al lado de la escuela. Entonces me doy cuenta que olvidé la llave! Qué hago? No creo que le vaya a pasar nada, hay otras bicis que duermen ahí, además en este pueblo todos se conocen y no es conocido por robos. Decidí dejarla y al llegar, la Mexicana estaba ahí viendo televisión y obviamente se dio cuenta. Lo primero que me dice es “vas a tener que buscarla, yo no te puedo llevar en la camioneta, es tu culpa y no quiero que duerma allí” Yo tenía ganas de decirle que yo la iba a buscar al otro día y que yo asumía si algo pasaba pero con un sueldo de 50 euros por semana, no me lo podía permitir. Entonces la dejé viendo la tele y me dirigí a buscar la bici. 10 minutos a pie de ida y como 20 minutos de regreso, esos últimos 20 min fueron una humillación. Yo mido 175 cm y una bici para un niño de 6 años 1 metro máximo, así que yo hice ese recorrido doblada casi agachada como un peregrinaje. Ahí me di cuenta la clase de persona con la que yo vivía, a ella le hubiera tomado 10 min en la camioneta el recorrido completo, pero decidió quedarse viendo la televisión.  
Al cabo de 3 meses les dije que me iba. Ya yo había encontrado una nueva familia en el centro de París y me había inscrito en la Sorbona para hacer 1 año de francés, con la ayuda de mi hermana y sus amigas. Un mes después tuve que buscar mi visa a la prefectura, el agente me dice que ellos habían llamado para decir que yo me fui, que yo no vivía en esa dirección, que había incumplido el contrato y que no eran más responsables de mi. Lo hicieron de mala fe para que no me dieran mi visa, pero yo estaba en todo mi derecho de irme de una familia si no me sentía bien en ella.





domingo, 13 de febrero de 2011

Choque cultural

La adaptación a un nuevo país está llena de paciencia y desafíos. A veces uno piensa estar preparado hasta que se enfrenta a la realidad. Hoy les quiero hablar de algunos choques culturales que yo enfrenté, sobre cosas que parecen banales pero que nos recuerdan que la aventura ha comenzado. Usted se da cuenta que está viviendo un choque cultural cuando:
 Uno no entiende el idioma de la gente hablando alrededor suyo. En mi caso a pesar de haber estudiando un año entero de francés (en los cuales 6 meses fueron intensivos en la Alianza Francesa) y a pesar que yo no me consideraba mala en mi francés, nada que hacer. No había una sola frase completa que pudiera entender aparte del famoso “Salut, ¿ca va?”. En una conversación solo era capaz de pescar las pocas palabras del vocabulario que había aprendido sin por lo tanto comprender de qué se hablaba.  Hoy les puedo decir que mi nivel era demasiado básico.
Uno no sabe como tomar solo el tren, el metro, el bus o el tranvía: Donde están las paradas?, cuál tomar para llegar a la destinación?, donde bajarme? Aquí les dejo algunas cifras para que se imaginen la densidad del sistema de transporte, solo Paris y sus alrededores.
               Metro: compuesto de 14 líneas, 3oo estaciones y donde cerca de 1,4 mil millones de personas son transportadas al año. Ningún lugar de Paris se encuentra a más de 5oo metros de una estación, es uno de los sistemas de metro más denso del mundo.
               Bus: 351 líneas de bus de las cuales 51 son líneas nocturnas, cerca de 12ooo paradas, 43oo buses, 3oooo conductores y cerca de 1,1 mil millones de viajeros al año.
               Tren: 5 líneas de tren. Por una línea: 207 trenes, 46 estaciones, 5,5 millones de viajeros al año.
               Tranvía: 3 líneas, 56 paradas y 284ooo viajes al día.
Uno no tiene ni idea de cómo llegar a una dirección cualquiera: sobre todo si las calles como en Paris no están organizadas! Cada calle tiene un nombre y no números, estos nombres no tienen nada que ver los unos con los otros. Además las calles están construidas en forma de telaraña. Entonces imagínese buscando una calle, sin la facilidad del idioma para pedir ayuda y cruzando en una calle equivocada que lo alejó totalmente de la dirección buscada!
Uno camina y queda maravillado con el nuevo paisaje que lo rodea, Paris es una ciudad que posee mucha historia, con una arquitectura sin igual, con sus puentes, el rio Sena, su cielo gris, sus famosos monumentos, sus museos, sus parques, sus patios y terrazas. Aun hoy sigo maravillada, cada vez que camino las calles descubro nuevas cosas y pienso en la suerte que tengo de poder “vivir ésta ciudad”. Cuando el momento de partir llegue, me va a dejar un vacio en el alma.
Uno empieza a tener amigos de diferentes nacionalidades y a aprender de sus historias: Durante mis estudios de francés nos encontrábamos unos 15 estudiantes y unas 10 nacionalidades. Una pequeña lista de los países de personas que recuerdo haber encontrado: China, Japón, Bielorrusia, Rusia, Polonia, Uzbekistán, Macedonia, Argelia, Estados Unidos, Canadá, Australia, Ucrania, Bosnia, Brasil, Rumania, Venezuela, Méjico, España.
En fin, uno empieza a vivir experiencias diferentes y afortunadamente no hay nada que el tiempo no le ayude a uno a superar las dificultades. La barrera del idioma se va perdiendo à medida que el oído se acostumbra y que los estudios de francés avanzan. A fuerza de montarse en los medios de transporte, de caminar, de descubrir y hasta a fuerza de perderse, uno llega al fin a ubicarse, a conocer su camino de todos los días y uno empieza a conocer su barrio. Y por supuesto, vivan las nuevas tecnologías y el internet y gracias google map!
Su pequeño mundo se va construyendo, lentamente se crean lazos de amistad y se descubren los lugares preferidos. No olvide que se tiene la oportunidad de dejar atrás los defectos y errores y que adaptarse toma tiempo, solo hay que armarse de paciencia.

miércoles, 9 de febrero de 2011

La Despedida, dejando Colombia


Ese febrero de 2007 he pasado mis mejores carnavales, los últimos hasta hoy, esa vez todos estaban ahí para despedirme, mis primos, mis amigos, mis padres y hermanos. Fue una despedida llena de folklor y alegría, todos estaban contentos con lo que me estaba pasando pero todos evitaban hablar de ello, como si supieran cuanto odio las despedidas.
Pero el día del viaje llega y ese 23 de febrero estábamos en el aeropuerto mis padres, mis dos hermanos, mi novio de la época y yo. Luego de una hora de espera, la llamada fatídica llega, es hora de embarcar. Luego de esa llamada, mirar a los ojos de mis seres queridos sin lágrimas me es imposible y lo único que alcanzo a hacer es cerrar a cada uno entre mis brazos y sin pronunciar una sola palabra pasé el control de seguridad. No había marcha atrás, ni siquiera recuerdo sus últimas palabras.
Salida de Barranquilla dirección Bogotá: En vista de mi estado, yo me esperaba pasar toda la hora del trayecto a llorar con una bebe. Pero en el avión al llegar a mi puesto, me encuentro sentada al lado de un Cura, un joven de unos 30 años máximo, y yo que no soy religiosa me lo imaginaba dándome el sermón y la bendición. Pero al final quedé fascinada con la historia de este hombre que me empezó a hablar de sus experiencias en África, de su formación en Italia y de sus viajes en Europa. Encontré una persona de mente muy abierta. Esto le cambió el tono al resto de mi viaje, me focalizaba en lo que me esperaba, en lo que quería hacer, en los lugares y personas que iba a conocer.
Una vez en el aeropuerto de Bogotá, me encontré con una familia de conocidos que me habían hospedado y acompañado durante la colecta de los últimos documentos y trámites ante la embajada. Ellos vinieron para acompañarme durante las 4 horas antes de la salida de mi vuelo hacia Paris y también para despedirme. La familia estaba compuesta de los Padres, una niña de 10 años y un niño de 4; estas personas fueron muy sinceras, amables y desinteresadas. Cuando el momento de despedirnos llegó la mamá y la niña estaban llenas de lágrimas pero yo no podía llorar más.  Ellas me entregaron una carta que no abrí hasta que estuve instalada en Paris y sola en mi cuarto.  Ésta carta me conmovió hasta los huesos y hasta el día de hoy, cada vez que la leo, lo hace. Es el recuerdo de mi despedida, del dolor que sentí y el corazón de las personas que quiero que siempre estarán junto a mí.
11 horas de viaje tranquilo, largo y agotador, me separaban de mi nueva vida, ya no podía esperar más. Llevaba mis maletas cargadas de sueños, esperanzas e ilusiones. Tenía mi hermana y la mágica cuidad de París que me esperaban. Tenía todas las oportunidades y metas por lograr.  La despedida de mi familia ya hasta me parecía lejana, estaba dispuesta a éste y otros sacrificios por cumplir mis sueños. En ese momento empezaba mi nueva vida!

martes, 8 de febrero de 2011

Mi primera inmigracion hacia Paris (Mi 1er post)



La decisión de partir fue tomada un poco por cosas del destino y un poco gracias a la suerte. Mi hermana mayor, que soñaba con vivir en Francia, cumplió su sueño. En septiembre de 2004 salía rumbo a la ciudad de Lyon a hacer sus estudios y comenzar una experiencia de vida. Pasado 1 año de una buena adaptación y de bellas historias, mi madre decide que llegó el momento de que YO siga los pasos de mi hermana!
Finales del 2005: En ese momento de mi vida, nada me hacía pensar que yo iba a salir de mi Barranquilla natal hacia cualquier punto geográfico que no hiciera parte de Colombia. Estaba estudiando en la universidad, tenìa mis amigos, no trabajaba y cada año podía asistir a los carnavales de mi tierra: la vida era bella! Pero luego de largas conversaciones con mi madre sobre los porqué, cómo y cuándo, he dado el SI! Un “si” que, decía yo, no quería decir que me iban a aprobar la visa ni que me iba a montar en el avión.
En el transcurso del 2006, fueron los preparativos para la visa: papeles, traducciones, sellos del ministerio de la educación, apostillas, curso de francés intensivo. Y lo más difícil (y hasta esto conseguí!): encontrar una familia francesa dispuesta a acogerme en su hogar y darme una remuneración, en contraparte yo cuidaba su hijita al mismo tiempo que aprendía el francés. (Esto es lo que se llama un contrato de “fille au pair” y con el cual se pide, ante la Embajada de Francia, una visa estudiante fille au pair. Este contrato sirve para justificar tus ingresos y alojamiento durante la validez del contrato que es de 1 año en general.)
Noviembre 2006: Después de casi 1 año de preparación y una vez todo los papeles en mano, dirección Bogotá a pedir la cita para la entrevista con la embajada. Una semana después: entrevista. Una semana más tarde: Visa en mano! (Tengo que confesar que en la época el tramite fue largo pero no complicado, actualmente no es el caso)
Una vez esa visa aprobada, esa joven de 21 años que antes no estaba segura de su futuro y que tenía dudas sobre lo que era capaz de lograr, se dio cuenta de la gran oportunidad que la vida le presentó y decidió hacer de esa oportunidad un sueño, una batalla por ganar, una meta a pesar de los obstáculos y la barreras del idioma.  Esa joven decidió tomar el avión y cambiar la historia de su vida.
Hoy agradezco a mi madre de haberme empujado a vivir esta experiencia y por el sacrificio de separarse de otra hija, a pesar del dolor que esto nos causa. Y gracias a mi hermana por el coraje que le permitiò realizar su sueño y el mìo tambien.